Anna Sauló, reciente incorporación al equipo de Alimmenta, nos habla sobre los “Mitos falsos sobre la nutrición para corredores” en la revista CMD Sport. El artículo tiene formato de entrevista del cual recogemos algunos puntos.
Un maratón es una competición de mucha exigencia física, en la que estar bien hidratado forma parte de las estrategias para llegar a la meta en buenas condiciones y con una buena marca. No se trata de beber mucho, se trata de tomar la cantidad y el líquido adecuado antes, durante y después de la competición. Esto no quiere decir que sea aconsejable la ingestión de agua excesiva durante la carrera ya que “puede llevarnos a la hiponatremia (la concentración del sodio en el plasma disminuye). Esta situación es grave porque puede provocar la muerte o dejar secuelas importantes. Es la causa más común de hospitalización en deportistas que practican ejercicios de larga duración.
¿Cuánto y cuándo hay que beber?
Como norma general se puede decir que 4 horas antes de iniciar la competición se debe beber entre 2 y 4 vasos de agua. Una o dos horas antes, lo adecuado es beber 1 vaso de agua y 2 de bebida isotónica. Durante la competición, se debe ir bebiendo entre 150-200 ml de bebida isotónica cada 15 o 20 minutos. Después de la competición hay que seguir hidratándose con agua, bebidas de reposición, caldos, zumos…
Entrenar en ayunas, otro mito
Hay que desayunar antes de entrenar, así lo asegura Sauló. “Salir a entrenar en ayunas favorece la pérdida de grasa, pero hay muchas consecuencias que contrarrestan este efecto. En primer lugar, vamos a vaciar los depósitos de glucógeno (la energía del músculo) más rápidamente, lo que nos causará un aumento de la fatiga, una mala técnica y un mayor riesgo de padecer lesiones. En segundo lugar, este estrés afecta al sistema inmunitario y a la pérdida de masa muscular. Finalmente, la sensación de hambre después del entrenamiento nos llevará a comer en exceso”.
¿Es cierto que las grasas son muy perjudiciales para los corredores?
Ante esta pregunta, Anna Sauló matiza ya que “un exceso puede hacer sentirnos pesados en los entrenamientos, dificultar la digestión y aumentar la grasa corporal. No obstante, las grasas también juegan un papel muy importante a nivel de rendimiento calórico, mejoran la palatabilidad y gusto de los alimentos, reducen el índice glucémico de los hidratos de carbono, contribuyen a aumentar la sensación de saciedad y son soporte para vitaminas como la A, D, E y K”.